La actriz: Ainhoa Tato nace en el 81 en Vitoria-Gasteiz. Comienza desde pequeña cantando en una coral, lo que le permite viajar y cantar en diferentes sitios de España. Sigue su formación musical en el Conservatorio de Música “Jesús Guridi”, estudiando hasta 4º de Piano, pero acaba finalmente decidiendo apostar por la magia de la interpretación, dónde más cómoda y viva se siente.
Desde el 2002, se instala en Madrid y comienza sus estudios en la Escuela del actor “Réplika” , para después aterrizar en “Central de Cine”, probando primero con Eva Lesmes para después en el 2005 completar su formación Audiovisual con el Máster de Cine y TV. Gracias a ésto, consigue un personaje capitular en la serie “El Comisario”. Se ha formado y sigue formándose con diferentes profesionales como José Piris, Claudia de Siato, en danza con Gemma Bautista y Eduardo Solís, en verso con Jose Luís Sáenz, el maestro de esgrima Jesús Esperanza, canto con Sara Pérez, Laura Cepeda, Rafael Monleón, Vicente Aranda, Bob McAndrew, Macarena Pombo o Carmen Utrilla. Ha trabajado en publicidad, cortometrajes y en un largometraje que se encuentra en proceso de post-producción.
Actuamente, está centrada en el teatro dónde sus trabajos más recientes son: “La ópera de los 3 Centavos”, el musical infantil que se pudo ver en el Teatro Arenal estas Navidades, “El loco sueño de una Noche de Verano” y la obra que está a punto de estrenar, “Tartufo” de Molière, en el teatro Espada de Madera y “Hamlet” de W. Shackespeare, que se presentará en el Festival de “La Mina” y en el espacio de La Latina muy pronto.
La fotógrafa: Esta actriz, entre bambalinas, se dedicó a hacer fotos a sus compañeros de función. Uno de ellos le pidió un book y desde entonces ha sido un no parar de retratar actores. Hace mas o menos un año de eso y ahora se encuentra trabajando como fotógrafa para una importante web a punto de lanzarse, shopmdf.com.
Se dedica sobretodo al retrato de actores y a capturar momentos mágicos detrás del telón del teatro. También, trabaja en un proyecto personal llamado Pintura Viva, en la que mezcla el teatro, la pintura, la foto y el video, convirtiendo a sus protagonistas en cuadros vivientes.
La sesión según Ainhoa: Llegué a la cita con un maleta llena de ropa y con la mente ocupada en otras cosas. Lo que más me interesaba de esta sesión era que íbamos a trabajar en dos “escenarios” distintos, así como también crear a través de la ropa y peinado, diferentes formas de verme como actriz. La primera parte, conocida como “fotos de estudio” y la 2º parte en el exterior. Esto último es lo que más me apetecía hacer, aunque no lo había hecho antes nunca. Geraldine me miró tranquilamente y me dijo: -Vamos a tomarnos unos tés. Relájate y no te preocupes de nada, de eso me encargo yo.
Comenzamos a charlar y casi sin darme cuenta empezamos a trabajar de una manera fluída, en un ambiente distendido. Aunque mi mente (dichosa ella), me decía: - Esto de posar… no es lo mío, ¿lo estaré haciendo bien?
Rápida como ella sola, sabía qué es lo que pasaba por mi mente con sólo mirarme. Por eso, me invitó a divertirme y a disfrutar sin preocupaciones. Esto me tranquilizó y empecé a dejarme fluir. Trabajar con ella fue muy fácil, me transmitía en todo momento confianza, tranquilidad y sobre todo ¡libertad!. Tenía licencia de hacer cualquier cosa que me pidiera el cuerpo, ella me seguía. También descubrí lo que puede dar una pared de sí, ¡se puede convertir en un aliado espectacular! Tuvimos que acabar la sesión y me fui con muy buena sensación porque lo había disfrutado y mucho.
La sesión según Geraldine: Ainhoa me contactó para hacer un book, no nos conocíamos de nada así que tuvimos varias conversaciones para llegar a un punto de encuentro satisfactorio para las dos. Un book de actores puede parecer muy sencillo, pero se trata de retratar el alma de la persona, su máxima esencia, no al actor, por eso me gusta reunirme con ellos y tratar de verles, qué tiene cada uno de especial. El hecho de que yo sea actriz hace que tenga muy claro qué necesita el actor y el director de casting, así que eso también le dio confianza a Ainhoa. Hicimos la sesión en mi casa, con luz natural, después de un par de tés y un ratito de conversación para relajar nos pusimos a ello.
Siempre en mis sesiones juego con ellos, me gusta hacerles imaginar situaciones, que den dos gritos y que se diviertan. Esta sesión fue especialmente bien, ella es muy divertida y nos seguimos muy bien el rollo la una a la otra, jugamos y nos reímos mucho. ¡Fue todo un placer trabajar así!