Nico Baumgartner

Ya que vivimos un momento en el que mucha gente se está yendo de nuestro país, unos en busca de trabajo, otro de formación más específica o avanzada en determinadas áreas, iniciamos una serie de entrevistas a centraleros, dentro de la sección “Centraleros sin fronteras”, que ya han dado este paso y están viviendo fuera de España y así conocer de primera mano que se están encontrando. En esta primera entrevista Nico Baumgartner nos habla de su experiencia en New York.

¿Cuánto tiempo llevas en NY?

El pasado 10 de octubre se cumplió un año desde que aterrice en Nueva York. No era mi primera vez en la ciudad, había venido en 3 ocasiones solamente como turista. Pero venir sabiendo que te vas a quedar durante una temporada larga es muy diferente

¿Has ido a trabajar o a ampliar tus estudios?

Pues principalmente he venido a ampliar mis estudios. Trabaje profesionalmente en España casi 5 anos, y me forme en distintas escuelas de danza e interpretación en Barcelona y Madrid, pero nunca había tenido una formación integra en teatro, o en teatro musical, que es lo que he venido a hacer aquí.

Hacía un par de años que me rondaba la cabeza, pero no acababa de encontrar el momento. En diciembre de 2011 la decisión fue firme, y a partir de ahí empecé a buscar la opción más adecuada a mis posibilidades económicas y personales.

¿En qué proyectos has participado desde que llegaste?. ¿Qué diferencias has encontrado con España a la hora de acceder a los trabajos, manera de trabajar etc.?

Principalmente vine a continuar mi formación, y ahora mismo me encuentro en la última fase antes de lanzarme a audicionar. Nueva York es una ciudad cara y he podido vivir de ahorros durante los primeros meses. Pero me he tenido que buscar un trabajo, lo que aquí llaman “survival job”. Mi visado de estudiante me permite trabajar solamente en alguno de los puestos que ofrece la escuela, así, desde hace unos meses trabajo en la biblioteca y ayudando a los nuevos estudiantes que llegan, no solamente a moverse dentro de la escuela, sino también a hacerles la llegada a la ciudad mas fácil, aconsejándoles y respondiendo a las preguntas más frecuentes.

Pero en breve espero poder contaros que he dejado la biblioteca para ensayar algún espectáculo.

¿En qué escuela estás? ¿Por qué la elegiste? ¿Qué te está aportando esta nueva etapa de formación?

Estudio en AMDA (The American Musical and Dramatic Academy), un conservatorio que tiene casi 50 años de existencia. Conocí la escuela a través de un amigo que se graduó aquí hace unos años, y me dio muy buenas referencias, pero también investigué otras escuelas. Finalmente audicioné para dos, me aceptaron en las dos, y me decidí por AMDA. No fue una decisión fácil, es una apuesta fuerte a muchos niveles y quieres elegir bien. Hoy por hoy puedo decir que elegí bien. Más que bien. Estoy satisfecho y feliz de haberme decidido por AMDA.

Venir aquí me está aportando muchísima confianza en mí mismo como actor, y un enorme conocimiento del medio.

La confianza viene de aprender la técnica actoral, de adquirir toda una serie de herramientas muy especificas para cada momento y aspecto de la vida del actor, dentro y fuera del escenario, y también de estimular constantemente la sensibilidad de uno mismo, buscando aquello que nos hace únicos.

Y el conocimiento del medio viene de trabajar y aprender con toda una serie de profesores que vienen de lugares y medios distintos, pero que reman contigo en la misma dirección, con una experiencia y sabiduría increíblemente estimulantes y de los que uno no quiere más que empaparse de ella. Y viene también de vivir en Nueva York. El cliché es cierto: la ciudad no duerme, siempre ocurre algo, y la vida cultural es muy rica y muy activa. Todo el que tenga una idea, tiene una oportunidad. Y para llevarla a cabo con éxito, hay que trabajar muy duro.

¿Qué oportunidades ofrece la ciudad en la que vives a nivel cultural cine, teatro?

Para estudiantes, siempre hay cine y teatro a precio más asequible, incluso si uno quiere ver un espectáculo “de los caros”. Pagas muchos menos, pero a cambio tienes que hacer quizás un par de horas de cola o verlo desde un lado. Pero es ‘soportable’.

Lo mismo para el cine: entradas a mitad de precio para películas ‘no de estreno’, que ya es decir, porque la entrada de cine cuesta una media de 14 dólares. Y si quieres ver la peli en 3D, son 19 dólares!

En el Lincoln Center, hacen ciclos, retrospectivas y reposiciones de películas constantemente. Y su biblioteca de artes escénicas (Lincoln Center Performing Arts Library) tiene una de las colecciones más extensas e importantes del mundo. Incluso puedes visionar la grabación de casi cualquier espectáculo de Broadway y off-Broadway estrenado después de 1970.

En definitiva, la oferta cultural es incuestionable: teatro de texto y musical de gran y pequeño formato, opera en el Metropolitan Opera, danza en el New York City Ballet, el NYMTF cada ano (New York Musical Theatre Festival) cabarets, conciertos, lecturas dramatizadas, ‘open mics’ para cantantes, stand up comedy, festivales de cine, estrenos, etc. Y como en cualquier lado, encuentras cosas de una calidad espectacular, pero también otras que son bastante olvidables. Hay de todo y para todos los gustos!

¿Qué recuerdas de tu paso por Central de Cine?

Me hizo mucha gracia en una clase de interpretación recordar uno de los ‘trucos’ de Macarena Pombo: la maniobra Harrison Ford. O lo que es lo mismo: llevar al espectador a un extremo emocional para que luego la caída sea mayor, para que el arco de ese momento especifico, o de la escena, sea más intenso.

Los trucos de Macarena han llegado hasta Broadway

¿Qué es lo que echas de menos de España?

Echo de menos la comida de verdad. A veces es complicado comer sano y/o normal, casi todo lo que venden es comida híper procesada. Tiene buena pinta, pero luego no sabe a nada. Y en verano he echado de menos ir a una cala en Mallorca de vez en cuando. Y aunque aquí he conocido a gente fantástica, también he echado de menos a familia y amigos en algún que otro momento.